Época: Neolítico
Inicio: Año 4000 A. C.
Fin: Año 3000 D.C.

Antecedente:
Transición hacia la complejidad



Comentario

El tipo de intercambio mejor documentado es el del sílex, en torno al IV-III milenios: tenemos un buen registro en las minas de Grimes Graves (Inglaterra), Grand Pressigny (Francia) y Krzemionki (Polonia), entre otras. Se trata de explotaciones mineras complejas, con un sistema de extracción basado en la construcción de pozos y galerías interconectadas; los productos se distribuyen a larga distancia. Algunos autores han relacionado esta circulación de materia prima con el aumento de la deforestación (hachas de sílex), así como también con la elaboración de un instrumental especializado como es el caso de las grandes hojas (equiparables o sustitutorias de los puñales de cobre, más escasos), que se documentan hasta finales del III milenio a.C.
Otros materiales, quizás una mayoría que nos es desconocida, también deberían formar parte de la circulación de bienes, ya sea como materia bruta o como productos manufacturados; en todo caso podemos pensar en objetos más bien de carácter social, y no tanto de tipo utilitario, como, por ejemplo, los primeros metales.

La metalurgia empieza a extenderse hacia el IV milenio, cuando llegan los primeros ítems a Dinamarca, ya fuera del foco originario del sudeste europeo; en el III milenio se documentan las primeras explotaciones locales en Alemania, Austria y Checoslovaquia occidental.

Principalmente, se elaboran productos de ornamentación sobre láminas de cobre, hachas de combate asociadas a las cerámicas cordadas, etc. Con el horizonte campaniforme se produce un gran crecimiento de las producciones metalúrgicas: por el norte de Francia, las costas nordoccidentales y Gran Bretaña.